Julio César Berdugo Rivera

El pasado 20 de abril los jóvenes regresaron a La Popa. La peregrinación anual, después de dos años de realizarse en zonas alternas de la ciudad, vuelve al insigne cerro desde el que se divisa gran parte de la ciudad, con un mensaje de esperanza de parte del Sumo Pontífice. 

La Pastoral Juvenil Arquidiocesana, en cabeza de Monseñor Jorge Enrique Jiménez Carvajal, y del presbítero Leonel Henao, dispuso a lo largo de las tradicionales cruces que se encuentran en el trayecto del Cerro de la Popa, reflexiones del papa Francisco tomadas de la “Exhortación Apostólica Cristo Vive”. Con el lema “VIVE CRISTO, NUESTRA ESPERANZA”, estas meditaciones llevaron un eje transversal, como un mensaje claro hacia el papel de los jóvenes en las comunidades cristianas, tomando como modelo a personajes ilustres del Antiguo y Nuevo Testamento. 

Los asistentes a esta celebración avanzaban en grupos, para poder vivir esta experiencia, no solamente junto a la comunidad a la que pertenecen, sino también para conocer y relacionarse con personas de otras parroquias, zonas e incluso municipios. Esto con el fin de responder satisfactoriamente a la llamada que se realiza desde El Vaticano, a congregarse de manera masiva, toda la juventud católica del mundo cada 3 años en un país diferente; pero sin dejar de congregarse en sus respectivas diócesis cada año.

El encuentro de los cerca de tres mil jóvenes, en la parte baja de La Popa, fue ambientado por los músicos del ministerio Pa’ Dios, quienes al ritmo de la batería, lograron disponer los ánimos para la jornada que se avecinaba. Finalizado el recorrido, desde la cima de la heroica se dispuso otro momento de alabanza donde la alegría de Cristo Vivo, contagió de Esperanza a los miembros de las comunidades. Con la animación del Ministerio Musical Jesucristo Sello de Garantía y de La Santa Banda, grandes y pequeños cantaron y bailaron para unirse como Pastoral Juvenil Arquidiocesana, porque Todos Somos PJ.