Los discípulos habían oído la parábola de Jesús. El Maestro no podía ser más claro: no debían poner su confianza en los bienes materiales. Ellos comprendían, pero a la vez se interrogaban preocupados: «Y si falta la comida, ¿qué? ¿Y la salud? ¿Y un techo para resguardarse?». Sin embargo, ninguno se atrevía a expresar sus inquietudes.

Jesús, que los conocía muy bien, leyó la preocupación en sus rostros. Les dijo: «No teman, pequeño rebaño, porque su Padre quiere darles el Reino. No se preocupen por sus bienes: compártanlos, hagan limosna. Acumulen tesoros donde vale la pena acumularlos: no donde hay ladrones que los roban u óxido que los carcome, sino en el Cielo, donde todo es eterno, donde nada se acaba». Calló un momento y los vio a los ojos. Finalmente sentenció: «Allí donde está su tesoro, allí estará su corazón».

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¿Qué es Iuvenes adorantes?

Iuvenes adorantes es una experiencia juvenil de adoración. Son jóvenes que quieren ser los amigos íntimos de Jesús Eucaristía. Se reúnen a sus pies para escuchar su Palabra, que se convierte para ellos en alimento para la vida eterna. Se consideran a sí mismos misioneros del silencio, porque saben que solo se puede tener un encuentro personal con Jesús si se acalla el ruido exterior e interior. Estos jóvenes apuestan por la fraternidad, por la comunidad, por todo aquello que los saque del individualismo. Y aspiran a que su motor sea siempre la caridad: desean moverse siempre por amor a Dios y a los demás, en especial a los más necesitados.