1. Ambientación

En un espacio cómodo, tranquilo; armemos un pequeño altar en donde este una imagen de Jesús, la palabra de Dios, un cirio encendido y si es posible una imagen u objeto que represente a tu comunidad. Ya construido y delante de el dispongamos nuestros corazones.

1.1 Oración inicial:

Amado Señor, que amas y edificas la vida de tus siervos y amigos, te pedimos que purifiques nuestras vidas, que envíes tu Santo Espíritu sobre nosotros, para que por medio de Su Luz podamos construir un camino de verdad y santidad para todos aquellos que están en nuestras vidas; regálanos la gracia de ser templos sagrados de tu Espíritu y verdadera razón de Tu vida para los creyentes.

2. Actividad

Demos razón de Su reino.

  1. El coordinador de la comunidad juvenil dividirá a los participantes en tres grupos.
  2. Cada grupo armara un jeroglífico con algún versículo o pasaje bíblico que les haya llamado la atencion o marcado su camino de discipulado.
  3. Al finalizar con el paso 2, se les invitara por grupos a mostrar sus jeroglíficos al resto de la comunidad.
  4. La comunidad dispondrá de 5 min por grupo para adivinar o descifrar el mensaje.
  5. El grupo encargado explicará el mensaje (Dispondrá de 3 min)

3. Leamos la palabra y meditamos.

Marcos 1,12-15 12

Inmediatamente el Espíritu lo llevó al desierto, 13 donde pasó cuarenta días y fue tentado por Satanás. Vivía con las fieras y los ángeles le servían. 14 Cuando arrestaron a Juan, Jesús se dirigió a Galilea a proclamar la Buena Noticia de Dios. 15 Decía: —Se ha cumplido el tiempo y está cerca el Reino de Dios. Arrepiéntanse y crean en la Buena Noticia. Palabra del Señor.

4. Meditemos la palabra

Jesús es llevado al desierto y permanece allí cuarenta días, este tiempo representa un período de experiencia con Dios intenso y decisivo. Donde el tentador buscará separarlo del proyecto de Dios Padre; la tarea del príncipe del mal es dividir para reinar.

Marcos, no describe ninguna tentación en particular, como los otros evangelios, parece ser que los cuarenta días son la prueba para Jesús.

Finalmente, superada la prueba puede Jesús continuar su misión: llamar a todos los hombres y mujeres a que caminen con él. Vemos entonces como lo que Isaías anunciaba para el futuro, ahora Jesús lo hace presente: «El tiempo se ha cumplido». La vida y ministerio de Cristo es anuncio gozoso de que Dios quiere reinar como Padre. Las curaciones de enfermos, las expulsiones de demonios, son signos del Reino y del Dios del Reino. La presencia del Reino llama a todos a la conversión y para entrar en él es preciso convertirse y creer en la Buena Noticia porque el Reino del Padre solo es posible por la aceptación de su Hijo.

5. Papa Francisco nos enseña.

«Cuidar el mundo que nos rodea es cuidarnos a nosotros mismos. Pero necesitamos constituirnos en un “nosotros” que habita la Casa Común. Ese cuidado no interesa a los poderes económicos que necesitan un rédito rápido».

Papa Francisco, Fratelli tutti, n. 17

6. Compromisos.

6.1. Privado:

Leer de manera continua por un periodo de 1 mes tres versículos bíblicos por semana.

6.2 Comunidad: leer en comunidad las letanías de la humildad, y preparar nuestro corazón para vivir este año la cuaresma y semana santa con un corazón más humilde teniendo en cuenta todos aquellos momentos en los por nuestra propia soberbia nos hemos alejado de la única fuente de amor y felicidad eterna.

6.3 #RetoSemanalPJ: compartir esos versículos meditados en privado con alguna persona de nuestra, familia, amigos, o comunidad.

7. Oración final

Señor Jesús, tú me amas tanto, que diste tu vida por mí en un madero, derramaste tu sangre Señor para abrirme las puertas del cielo, para redimirme del pecado, Señor Jesús dame la gracia de amarte, con ese mismo amor con que tú me amas, que sea capaz de dar mi vida por ti, así como tu diste tu vida por mí, me abandono en ti Señor y te suplico: guía mis manos, maneja mi corazón.

Envíame tu espíritu para que me ilumine y todos mis pensamientos giren en torno a ti.

Señor que todos mis actos sean tuyos, mis pensamientos, mis miradas, mis palabras, el movimiento de mis manaos, mi caminar.

Amén.