Oración inicial:

Antes de la oración, tendremos un pequeño momento de convivencia en el que los jóvenes puedan compartir como les ha ido en la semana y que cosas esperan poder hacer antes de llegar a la Semana Santa.

Después de este momento, el coordinador designará a algún joven para que dirija la oración de forma espontánea.

  1.   Ambientación

Antes de proceder a la lectura de la palabra de Dios, el coordinador deberá conseguir una curita (o vendaje), una llave (cualquiera) y una biblia. La dinámica consistirá en comparar los dos primeros objetos con la palabra de Dios. Es decir, en que se parece una curita y la llave a la palabra de Dios. Este ejercicio primero se hará por escrito, por lo que se le debe pedir a los chicos que busquen hoja y lápiz y luego se les pedirá a algunos voluntarios para que compartan.

Mientras los jóvenes escriben, pueden animar un rato con música de fondo.

Canción: Abrázame Papá – Jesse Demara

 2. Leamos la palabra Marcos 1, 21- 28

Llegaron a Cafarnaúm y el sábado siguiente entró en la sinagoga a enseñar. La gente se asombraba de su enseñanza porque lo hacía con autoridad, no como los letrados. Precisamente en aquella sinagoga había un hombre poseído por un espíritu inmundo, que gritó: ¿Qué tienes contra nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Sé quién eres tú: ¡el Santo de Dios!  Jesús le increpó: ¡Calla y sal de él!  El espíritu inmundo sacudió al hombre, dio un fuerte grito y salió de él. 

Todos se llenaron de estupor y se preguntaban: ¿Qué significa esto? ¡Una enseñanza nueva, con autoridad! Hasta a los espíritus inmundos les da órdenes y le obedecen. Su fama se divulgó rápidamente por todas partes, en toda la región de Galilea. Palabra del Señor. 

 3. Dialoguemos sobre la palabra

Personal e interiormente respondamos estas preguntas:

  1. ¿Eres capaz de reconocer a Jesús como el Santo de Dios?
  2. ¿Qué fuerzas extrañas te impiden seguir escuchando a Jesús?
  3. ¿Qué experiencias dañinas te bloquean el camino hacia Jesús?
  4. ¿Te sientes esclavo de algo? ¿Qué pecado te tiene atado? 
  5. ¿Qué necesita ser sanado en tu corazón? 

¡Ánimo! 

 4. Reflexión 

La Palabra de Jesús causa asombro en todos los que la escuchan. Su Palabra sana, está llena del amor de Dios Padre. Un mundo nuevo es posible desde la escucha de las enseñanzas de Jesús, que tiene autoridad para liberar al hombre y a la mujer de toda pandemia y de toda esclavitud.

Jesús se encuentra como buen judío en la sinagoga el día sábado.

Los espíritus inmundos están frente al mismísimo Dios y tiemblan al saber que está a punto de realizar un milagro, vemos entonces un combate directo y verbal entre las fuerzas del bien y del mal. Estas dos realidades de las que muchas veces no son conscientes no suelen coexistir en el mismo lugar, pero en nuestra sociedad sabemos que el mal tiene y actúa de diferentes formas: codicia, lujuria, envidia, egoísmo, soberbia, etc.

Sin embargo, lo sorprendente es que la santidad de Dios es reconocida por el demonio, que luego es expulsado por la voz de Dios. Pero esto nos hace pensar: ¿Cuántas veces la Palabra de Dios fue proclamada allí delante de este pobre hombre poseído, sin realizar en él ningún cambio? Faltaba autoridad.

Muchas veces nuestras palabras carecen de autoridad porque predicamos categorías, conceptos, doctrinas que quizás no creemos y le quitamos la fuerza que por sí misma tiene a la Palabra de Dios. La Palabra tiene el poder de sanar, pero el vehículo no la proclama con convicción. La autoridad con la que Jesús predica, le viene de su naturaleza divina y también de que en él hay un compromiso en vivir la Palabra que ha recibido del Padre. Él la acoge y la vive como acción transformadora que hace real la presencia del Reino de Dios en medio de los hombres.

Por eso podemos decir que la Palabra de Jesús causa asombro en todos los que la escuchan, porque su Palabra sana, libera y está llena del amor de Dios Padre. Que seamos nosotros, por gracia de Dios, capaces de creer y vivir con convicción la palabra de Dios a ejemplo de Jesús para sanar y liberar a nosotros y al mundo entero. 

 5. El papa Francisco nos enseña

Reflexión: Dentro de casa uno está la lucha entre Jesús y el diablo

“El demonio, cuando toma posesión del corazón de una persona, se queda ahí, como en su casa y no quiere salir de allí”, evidenció Francisco, destacando, además, que cuando Jesús expulsa a los demonios, ellos tratan de arruinar a la persona, de hacerle mal “incluso físicamente”. Muchas veces el Señor ha echado a los demonios. “La lucha entre el bien y el mal” a veces “parece demasiado abstracta”. De este modo el Santo Padre quiso subrayar que “la verdadera lucha es la primera lucha entre Dios y la antigua serpiente; entre Jesús y el diablo”.

“Y esta lucha – advirtió – se lleva a cabo dentro de nosotros. Cada uno de nosotros está en lucha; quizá sin que lo sepamos, pero estamos en lucha”. Y el Evangelio de hoy comienza con algunas personas que acusan a Jesús de haber expulsado a un demonio mediante Belcebú. Están siempre “las malas lenguas” – dijo – y entonces se instaura una discusión entre el Señor y estas personas.

 Compromiso

6. Privado: Dialoga con Dios. Busca un espacio de silencio; en un papel escribe todo aquello que te hace daño, también plantea una alternativa para liberar tu corazón de aquello que no te hace bien.

7. Oración final 

 Padre mío, gracias por este día que nos diste. En tus manos colocamos esta semana, danos Tu protección. Bendice nuestros sueños y planes. Te Amo.