1. Ambientación

El animador dará inicio al encuentro pidiéndole a cada joven que piense en aquellos momentos de la vida donde hemos tenido miedo o hemos pensado erróneamente que Dios no está con nosotros. Luego de ello 5 jóvenes compartirán esos episodios, buscando algo positivo en ellos (en caso de que no encuentren el lado bueno, los animadores o el resto de jóvenes podrán ayudar) y de ese modo, reconocerán la presencia y acción de Dios aún en medio de la tormenta y las tinieblas.

1.1 Oración inicial: Practicando respiración profunda pidamos el acompañamiento del Espíritu Santo, invoquemos al Espíritu de vida y sabiduría, pidámosle que sea quien nos guie durante este encuentro.

Ahora pensemos en la situación mundial actual, primero desde adentro, cómo nos sentimos respecto a ella, y luego en las demás personas. No pensemos solo en la salud física, sino en la vida de fe. Demos gracias al Señor por la vida y por la de las personas que nos rodean y pidámosle que tome todos nuestros pensamientos como ofrenda de amor.

2. Leamos la Palabra y meditemos.

Busca en tu Biblia Marcos 4, 35-41 y lee minuciosamente el texto, enfocando tu atención en cada palabra, personaje y escenario, para interiorizar y comprender mejor su sentido.

2.1. Actividad. Los animadores, por medio de un sondeo elegirán a 5 jóvenes de la comunidad para que socialicen las siguientes preguntas:

  • ¿Qué actitud produce en el ánimo de los discípulos el viento huracanado?
  • ¿Qué hace Jesús mientras transcurre la tempestad?
  • ¿Cómo reacciona Jesús cuando lo despiertan los discípulos?
  • ¿Cómo ven los discípulos a Jesús después que se restablece la paz”?
  • ¿Cómo podemos relacionar este texto con la emergencia sanitaria?

Los coordinadores concluirán la actividad, dirigiendo una breve reflexión de la palabra en base a las siguientes ideas:

  • “Y les dijo: ¿Por qué son tan cobardes? ¿Aún no tienen fe?” (Marcos. 4,40)
  • Jesús no solamente libera a sus discípulos del peligro de morir en una tempestad marítima, sino que mostrando su verdadera identidad, los libera del miedo.
  • La actitud confiada de Jesús y la eficacia de su Palabra van unidas. Por eso reprende a los suyos y les pone de manifiesto la escasez e insuficiencia de su fe.

3. El Papa Francisco nos enseña.
[…] «¿Por qué tenéis miedo? ¿Aún no tenéis fe?». Señor, esta tarde tu Palabra nos interpela, se dirige a todos. En nuestro mundo, que Tú amas más que nosotros, hemos avanzado rápidamente, sintiéndonos fuertes y capaces de todo. Codiciosos de ganancias, nos hemos dejado absorber por lo material y trastornar por la prisa. No nos hemos detenido ante tus llamadas, no nos hemos despertado ante guerras e injusticias del mundo, no hemos escuchado el grito de los pobres y de nuestro planeta gravemente enfermo. Hemos continuado imperturbables, pensando en mantenernos siempre sanos en un mundo enfermo. Ahora, mientras estamos en mares agitados, te suplicamos: “Despierta, Señor”.

«¿Por qué tenéis miedo? ¿Aún no tenéis fe?». El comienzo de la fe es saber que necesitamos la salvación. No somos autosuficientes; solos nos hundimos. Necesitamos al Señor como los antiguos marineros las estrellas. Invitemos a Jesús a la barca de nuestra vida. Entreguémosle nuestros temores, para que los venza. Al igual que los discípulos, experimentaremos que, con Él a bordo, no se naufraga. Porque esta es la fuerza de Dios: convertir en algo bueno todo lo que nos sucede, incluso lo malo. Él trae serenidad en nuestras tormentas, porque con Dios la vida nunca muere.

El Señor nos interpela y, en medio de nuestra tormenta, nos invita a despertar y a activar esa solidaridad y esperanza capaz de dar solidez, contención y sentido a estas horas donde todo parece naufragar. El Señor se despierta para despertar y avivar nuestra fe pascual. Tenemos un ancla: en su Cruz hemos sido salvados. Tenemos un timón: en su Cruz hemos sido rescatados. Tenemos una esperanza: en su Cruz hemos sido sanados y abrazados para que nadie ni nada nos separe de su amor redentor. En medio del aislamiento donde estamos sufriendo la falta de los afectos y de los encuentros, experimentando la carencia de tantas cosas, escuchemos una vez más el anuncio que nos salva: ha resucitado y vive a nuestro lado. […]

-Papa Francisco, viernes 27 de marzo de 2020. Momento extraordinario de Oración y bendición Urbi et Orbi.

4. Compromisos.

4.1. Privado: Si atraviesas alguna dificultad, busca al Señor en medio de esa situación. Ora todos los días de la semana, pidiéndole a Dios que no permita que temas, sino que aumente tu fe.

4.2. #RetoSemanalPJ: Comparte en tus redes sociales una imagen o texto alusivo a alguna de las problemáticas actuales en el mundo, utiliza el hashtag #JesúsEnLaBarca y etiqueta a la Pastoral Juvenil Arquidiocesana. En caso de que no tengas estos medios, dialógalo personalmente con tus allegados o aquél que pueda necesitar este mensaje.


5. Oración final.

El coordinador asignará a un joven de la comunidad para que se encargue de dirigir una oración espontánea a la luz de lo aprendido en el presente encuentro.